Cede canónica, Iglesia Parroquial de la Encarnación

Fue costumbre de los primeros reyes cristianos de España levantariglesias en las tierras conquistadas a los musulmanes.Con frecuencia eran templos pequeños, siempre proporcionadosal vecindario del lugar, en los que la piedad de las gentesse hacía patente con la creación de hermandades y capillas alos Santos titulares y al mismo tiempo panteones para susmuertos.

Reinando Felipe II y siendo Arzobispo de Granada D. PedroGuerrero, octavo en esta sede se levantó la Iglesia Parroquialde Lanjarón entre los años 1555 y 1568. La obra, tan largamenteesperada por los vecinos, duró muy poco porque la rebelión delos moriscos en las Alpujarras y particularmente en el puebloacabaría incendiando la pequeña iglesia recién construida. Laspérdidas fueron cuantiosas en lo material, pero sobre todo envidas humanas. Bermúdez de Pedraza cuenta que fueron diecinuevevecinos del pueblo los que murieron, entre ellos los dossacerdotes D. Pedro de Espinosa abrasado por las llamas y elcoadjutor D. Juan Bautista apuñalado por Aben Farax, cabecillamorisco de la sublevación, cuando se descolgaba de la torrede la iglesia con una cuerda. La torre acabó desplomándosesobre el templo y ello fue el principal motivo de tantas pérdidashumanas. Todo quedó sepultado o abrasado y la sacristíasaqueada. Los vasos sagrados y los cálices fueron vendidos porlos sublevados para, con el importe de la plata, comprar armas.La pérdida fue muy sentida por aquellos cristianos viejosllenos de fe y faltos de dinero que apenas podían comer por lafalta de brazos en el campo y porque los moriscos expulsadosahora eran los vecinos más ricos y capaces de comprar semillasy tejer sedas. Unos y otros habían convivido hasta que hartosal fin de tantas imposiciones y tributos por parte de la corona,decidieron los moriscos sacudir el yugo que sobre ellos pesaba,dejaron de sembrar, de cuidar los morales y de tejer la seda.

La ruina fue total para el pueblo. Por lo que respecta a la iglesiasólo quedaron piedras que había extraído del lugar un canterollamado Asensio de Vidaña y se habían empleado en la construcción.Estos bloques estaban colocados en las esquinas deledificio para darle firmeza y también en las gradas o escalonesdel altar. Quedaron además algunos trozos de la techumbrede madera que había hecho un carpintero llamad Melchor deArroyo y varios trozos de muro recién levantados por el albañilJerónimo García.

Esta la iglesia que se quemó sólo tenía una nave cubierta demadera en forma de artesa, de las techumbres llamadas de“par y nudillo”. Los muros eran de tierra apisonada y mezcladacon cantos del río Lanjarón. Este pobre material se reforzaba con hileras de ladrillo y alguna piedra, particularmente en lasesquinas de la torre que se desplomó y cayó sobre el vecindario.Si la desgracia acarreó tan fatal desenlace, Lanjarón estrenaríaen 1604, treinta seis años después del incendio, otra iglesiamejor. Un año antes el Prelado de la Diócesis D. Pedro de Castro,cuyo escudo de armas corona el altar mayor, ordenó haceruna nueva iglesia sobre las ruinas de la primera. La decisióndel Arzobispado era irrevocable. A tal fin ordenó que el propioMaestro Mayor de las obras del Arzobispado llamado Ambrosiode Vico se trasladara a Lanjarón para disponer la reconstruccióndel templo y adquirir los materiales que fueran necesarios asíde piedra, cal y ladrillo como de madera. También llevaba elencargo de supervisar los trabajos de albañilería y las techumbreshasta que la iglesia estuviera acabada y entonces pudieracertificar que era sólida y apta para su función. Por esto motivoAmbrosio de Vico se convirtió en director de las obras de la iglesiaque si bien era humilde con relación a otras obras emprendidaso continuadas por el mismo arquitecto, resultaba capazpara recibir dentro de sus muros al reducido número de vecinosque por aquellos años había en el pueblo. Fue un año laboriosoel de 1603-1604, de frecuentes desplazamientos del arquitectodesde Granada a Lanjarón, viajes que aprovechaba para visitarotras obras que se hacían en las Albuñuelas porque era costosoviajar a lomos de caballo y por caminos difíciles durante laestación lluviosa. Por ello Vico escogió la primavera y el veranopara desplazarse.

El día 14 de octubre de 1604, la iglesia estaba acabada y sehabían colocado en la Capilla mayor los dos escudos doradoscon las armas del Arzobispo D. Pedro de Castro. Los talló Martínde Aranda por veinticinco ducados. Los pintó y doró GinésLópez por diez.

Esta segunda iglesia es la que tenemos si bien ha sido ampliadavarias veces en el transcurso del tiempo. Volvió a ser unasola nave con elevado presbiterio o altar mayor al que se subepor gradas como también las tuvo la iglesia que quemaron losmoriscos, según costumbre de los siglos XVI y XVII. Tiene unasola torre a los pies en el lado izquierdo llamado también enla Epístola.

Esta torre ya existía en el año 1618lo que hace pensar quefue construida al mismo tiempo que la iglesia y dirigida por Ambrosio de Vico. Así lo demuestran también las ventanas ciegas y superpuestas que tiene, tres en cada unode los cuerpos, bajo y en el de las campanas, rematadas en dintel con dovelas como lo están las ventanas dela iglesia del Salvador en Granada, obra del mismo arquitecto.

La torre es cuadrada y se levanta sobre los cimientos de piedra porosa para absorber humedades. El materialempleado es el ladrillo alternado con hiladas de mezcla como se hizo en los muros de la basílica de lasAngustias en Granada. A mitad de altura otra hilada de piedra separa el cuerpo bajo del cuerpo alto y vuelvea emplear la piedra como base al bonito chapitel cóncavo que cubre la torre. La obra revela una direcciónadecuada, con esquinas prominentes y cuadros de muro más hundidos, y rematando todo el chapitel de trescuerpos cubierto de pizarra, material que esta zona de España nunca produjo resultados de duración.

En el cuerpo de campanas hay también cuatro vanos ocupados por otras tantas campanas, dos de ellasestaban en el pueblo en 1719 lo que hace pensar que acaso marcaban los acontecimientos principales de lapoblación desde el principio de la iglesia. La tercera y más grande la hizo Pedro Alonso de la Peña en el año1798 con un peso de setenta arrobas. La puerta procede del Convento de Trinitarios de Granada suprimido en ladesamortización por Mendizábal, hoy la Parroquia de la Virgen de Gracia. Llego al pueblo en 1812 y en el pueblose arregló para colocarla en la torre.

Volviendo a la nave principal, son interesantes las cubiertas. Es una armadura de par y nudillo con tirantesdobles apoyados en soportes llamados ménsula. A los pies se enriquece en el espacio correspondiente a latorre con limabortón o encuentro de vertientes, esta parte está muy restaurada. Lo más delicado de las cubiertascorresponde a la Capilla Mayor, con el fondo o almizate de lacería. Externamente por la calle de Revellínse aprecia la obra antigua del presbiterio con aleros muy volados y bajo ellos unos soportes o canes en doble Stal y como debió ser todo el perímetro exterior del templo antes de que se formaran las capillas que hoy tiene.

a los lados. La primera y más antigua es la Capilla de la Virgendel Rosario del año 1617 a la que siguió la del Buen Suceso, antesde San José en fecha inmediata. Así lo acreditan los arcos rebajadosque tienen y la decoración floral de los mismos. La Virgendel Rosario puede ser unas de las primeras imágenes que huboen Lanjarón pero su cofradía no se estableció en el pueblo hastael día veinticuatro de mayo del año 1691, fundada por el dominicoP. Fray Diego de Mallo que predicaba la devoción del Rosario.Tiene la capilla la cúpula sobre pechinas y la inscripción “NuestraSeñora del Rosario” en letra capital romana. El retablo esmuy posterior, del siglo XIX o de los primeros años del siglo XX.

El retablo mayor de la iglesia fue retirado para poner el queactualmente existe. Era de reducidas dimensiones por lo querespecta al altura, pero elegante y refinado como correspondea las obras de principios del siglo XVII y al patronato del arzobispoCastro que mandó hacerlo. El poner e la obra su escudo dearmas significa entre otras intenciones el legítimo orgullo quesentía el Prelado por haber hecho un templo digno de la mitra.Con pocos elementos, un altar, un crucifijo hoy perdido, un sagrarioque hizo Miguel Cano el padre del gran Alonso retablistatambién y que quitaron al poner el retablo actual, la pequeñaInmaculada que estaba sobre el Sagrario en una hornacina,San Juan y San Marcos a los lados, se compuso el ornato dela Capilla Mayor.

A partir de que ha quedado, se puede reconstruir la obra conbastante aproximación, si bien lo que fue, su valor artístico, seha perdido definitivamente. Tuvo tres calles de ancho, banco omesa, un piso de altura y ático en la calle central que rematabaen el guardapolvos que hay en lo más alto del presbiterio.Entre las calles dos columnas clásicas a cada enmarcaban lashornacinas donde estaban San Juan y San Marcos, las mejoresimágenes que el templo conserva. El estilo de la talla del retablose parece mucho al que Francisco Díaz del Rivero aplicó eneste mismo siglo al de los Santos Justo y Pastor de Granada.

Son también del siglo XVII otras imágenes que estaban enel templo fuera de la Capilla Mayor, el San José pequeño, SantaAna, San Roque (hoy en su ermita), San Francisco de Asís y laVirgen del Rosario.

El siglo XVIII realiza nuevas ampliaciones de la iglesia, sehacen entonces la capilla del Sagrado Corazón, antiguamente Sagrario y Capilla de ánimas, con retablo posterior a la capillae imagen actual moderna, y la contigua que estuvo desnudahasta nuestros días. A fines de siglo se levantaron la Capilla deSanta Ana y la de enfrente dedicada a San Vicente Ferrer.

La capilla de Santa Ana ha pasado por dos fases constructivas.En 1777 se levantaba la Capilla propiamente y el Panteónque hay bajo ella. Fue espléndidamente costeada por D. JoséCollantes Valdivia y Manzano, abogado de la Chancillería deGranada, la dotó de cúpula con la inscripción “Ave María” y ledio salida a la iglesia por un arco que desdice del conjunto porser mayor que los contiguos. Ya en el siglo pasado, año de 1876,se hizo el retablo que existe; semejante a los otros que hay allado.

Pero la obra más importante de este siglo, del barroco final,es el rico Manifestador en forma de templete que ocupa elcentro del altar mayor. Se hizo en 1739. Sin esta pieza del sigloXVIII hubiera pasado por la iglesia de Lanjarón con más penaque gloria, pena por la destrucción del retablo del siglo anterior,escasa gloria por el descenso en calidad de obras incorporadasahora a la parroquia.

La iniciativa de construir el Manifestador debió tomarsepor el Arzobispo D. Martín de Ascargorta, quien no lo vio terminado,entre los años 1693 y 1696. En estas fechas el insigneprelado, que murió el 25 de Febrero de 1719, realizó dos visitaspastorales a Lanjarón. Encontró mermados los objetos de cultocomo ropas para celebrar Misa y los vasos sagrados, cálices eneste caso. No debía estar en buenas condiciones el retablo y elpúlpito estaba viejo. Oyó al Párroco y supo la escasez de todolo necesario para vivir que tenía la gente del pueblo por los malosaños de cosecha y la falta absoluta de dinero para comprarnuevas semillas y obtener seda de los morales. En años sucesivosla pobreza se acentuó de tal forma que en el año 1703 elConcejo o Ayuntamiento decidió endeudarse con un préstamode doce mil reales porque “los vecinos se hallan en grande faltaasí de pan como dineros para comprarlos” pero casi al mismotiempo se preocupaba de levantar un hospital, sencillo perocapaz, donde pasaran la noche los transeúntes de Granada ylas Alpujarras. Estuvo frente a la iglesia y se levantó en el año1749. Quizás los malos años pasados por el pueblo retrasaronla construcción del Manifestador que llegó a Lanjarón en 1739.

Este año el Visitador diocesano pidió al párroco D. Patricio deSamos Salazar que cambiara el sitio el ara o piedra del altarque contiene reliquias de santos sobre las que dice la Misa, porqueestaba desplazada hacia el retablo, prueba de que existíaya; y en el inventario de bienes del templo que se hizo en 1740se habla ya de haberse quitado el antiguo Sagrario de MiguelCano “cuando se hizo el Manifestador”. De los dos testimoniosse deduce que ya habían colocado en su sitio la parte centraldel retablo.

Después vendrían los casi siempre temidos “arreglos”. Sinduda el Manifestador labrado según el estilo rococó, estiloque trabajaba en Granada por los mismos años el escultor yretablista Blas Antonio Moreno, debió parecer pequeño conrespecto al presbiterio y pensaron cubrir los laterales con maderasdoradas sobre el fondo de estuco como la pieza central.La donación en 1740 de las esculturas del Nazareno y Virgen delos Dolores hecha por el coadjutor Francisco Gómez de Torresproporcionó la ocasión para cubrir toda la pared con motivosde palmas estilo que practicaba Juan Salmerón, distanciadasya del capullo y hoja pequeña y cuidaba que se impuso en laprimera mitad de siglo. El retablo se hizo más grande pero perdióen calidad.

Las esculturas del retablo son las citadas del Nazareno yVirgen de los Dolores que ya no es posible atribuir a ningúnescultor por haber sido retallados los rostros en fecha recientey cambiando la expresión de la Virgen que era una Dolorosacon toda la belleza plástica de una imagen barroca de la primeramitad del siglo XVIII. En la parte superior con marco delmismo siglo todavía existente estuvo el Crucificado que hay enla segunda capilla de la derecha y que fue tallada también enel siglo XVIII.

Las pinturas sobre tela son cuatro, de forma alargada y posiciónvertical, rematadas en medio punto. Representan a SanJuan y a María las más altas, a San Luis Gonzaga y San Estanislaode Kostka, Santos Jesuitas muy venerados en la centuria, lasde abajo. El dorado lo hizo a finales de siglo, año 1798, un pintory dorador de Granada llamado Francisco Navarro que estuvoal servicio del arzobispado cuando ya era un anciano, despuésque se aplazara la obra al principio asignada a Francisco Salmeróncomo sucesor de su padre Alejandro, dorador de Fábricas del Arzobispado. El propio Francisco Navarro pudo pintar loscuadros que se han citado. En la puerta hay un Niño-Pastordel siglo XVIII.

Mientras se terminaba la obra del retablo se efectuaba elpúlpito con tornavoz y barandilla para que sustituyera al primitivoque se encontraba en mal estado y carecía de méritoespecial. Se costeó con los fondos de la Cuarta Decimal quepagaban los fieles a la mitra y llegó a Lanjarón un día veintidósde noviembre del año 1773. Era obra de los Salmerón también yrematada en un angelote, graciosa esculturilla que estaba en eltornavoz hecha por la misma familia. Esta pieza no se conserva.Al parecer fue quitada de su emplazamiento para permitirla visibilidad del altar en un templo de reducidas proporciones.

Con estas reformas y ampliaciones, la iglesia ya tenía formade cruz; la cabecera era presbiterio, los brazos las capillas delSagrado Corazón, Perpetuo Socorro y Santa Ana en un lado, lasdel Rosario, Buen Suceso y San Vicente Ferrer en el otro. Quedabaun espacio libre a los dos lados de la nave y este espaciofue ocupado en 1876 con las capillas del Cristo de la Expiración yla Milagrosa y seis años después, en 1882 con la de San José y laentrada lateral que debió abrirse entonces.

Las principales reformas que la iglesia ha tenido empezaronya en 1618 cuando el entonces párroco, el Licenciado Pareja,reparó los tejados de la torre nada más construida. El agua perjudicólos cimientos en 1745 y el Ayuntamiento juntamente conla parroquia costearon la obra. A fines del mismo siglo XVIII elMaestro Mayor de las obras del Arzobispado Castellanos, llegóal pueblo en 1798 para, a su vuelta, informar al Arzobispo delestado de la iglesia. Las reparaciones necesarias las hizo un albañildel pueblo llamado Nicolás Rodríguez y también fueronde Lanjarón los maestros Máximo Robles y Rafael Mingoranceque actuaron en las reparaciones del año 1922 siendo párrocoD. Eduardo Rebollo Aranda. La obra más reciente es de los años1986 y 1987 en las cubiertas de la torre y en las capillas de laderecha, siendo ya párroco D. Francisco Pérez.

 

* Isla Mingorance, Encarnación: Iglesia Parroquial de Lanjarón “Guía para visitarla”(pp. 7 - 14), 1995.

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